La práctica del yoga permite que las personas con autismo se sientan más tranquilas y cómodas en su cuerpo. Tesis que ha sido avalada por el neurocientífico internacionalmente reconocido; Richard Davidson, especialista en la fusión de la ciencia y la espiritualidad.
El yoga adaptado a las personas con autismo ha sido diseñado para responder a las necesidades específicas de las personas con TEA, incluyendo el trastorno de integración sensorial, el síndrome de Asperger, trastorno generalizado de desarrollo, autismo elevado y clásico.
Además de los beneficios que comúnmente se asocian a la práctica de el yoga, estos alumnos mejoran la fuerza, la flexibilidad, la respiración y la rutina positiva.
Es lo que publica Espacio MIMIND en un artículo de Koncha Pinós Rey.
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